martes, 9 de diciembre de 2008

Martes 9 de Diciembre de 2008 – Tercer Programa de Hora Bohemia

Tema Musical : LA BOHEMIA

Heroínas de “entrecasa” (fondo how i'm supposed to live with out you)


Hay veces

que en la mitad del camino

suelen justificar el apogeo de la voz

quizás también los gritos

o los silencios que se quiebran

con el llanto…

Ellas,

presencias silenciosas

heroínas desconocidas

domésticos espectros

que deambulan por las paredes de la mañana

y se instalan en los brazos de la noche :

se disponen a aceptar los olvidos

y las certezas.

Pero si una vez,

una sola vez

la rebelión del alma

irrumpiera en sus prisiones…

¡Qué anarquía de voces

invadiría

el desconsuelo de los necesitados

y de las necesidades!

¡Qué enardecidas palabras

surgirían de la nada

para transformarse

en leyenda, en canto

en roce de alas

acariciando el amanecer!

Ah! Mujeres de miradas rosas

una vez más exalten el heroísmo de las manos sucias

transformen el delantal, la escoba , las mañanas

en hechizos incoloros

que adornarán

la plenitud del día ,

con las caricias mojadas

levanten una muralla de luna

y coloquen en ella las palabras que hieren

enarbolen una bandera de amor

sean feliz con sus tesoro

y sigan siendo las heroínas de siempre

aunque sea

en la mitad del camino…

Susana Cordisco




Tema musical Wicked Game

SOLO A VECES (fondo musical Get here)

Solo a veces, cuando la soledad
golpea la puerta de mi alma,

puedo sentir que nunca te olvidare...
Solo a veces me gustaría que me
hubieras enseñado a olvidarte...
si ,amor, me enseñaste todo, pero
no me enseñaste a olvidarte...
y en las noches el silencio me grita
tu nombre ,todo es mas oscuro, mas
gris...
siento que me llamas, que susurras
mi nombre, pero la realidad golpea
muy fuerte: tu ya no estas!!!
que nos paso ,amor?
pregunta sin respuesta, solo el silencio
es mi fiel compañera...
quise ponerle un nombre a lo que nos
ha sucedido y le puse ausencia, pero no!!!
no era ausencia, era solo olvido, amargura
sin fin....
solo palabras, yo se que ya no estas y es
todo eternidad...
si!!!solo eso: eternidad...

ZUNILDA





Selección de Poesías del libro “LATIDOS DE PAPEL”

de Juan Fran Núñez Parreño

La Mar,

TODO Y NADA “Pase Lo Que Pase”,

se seguirá moviendo.

No pides nada

pero lo mereces todo,

y aunque te diera todo

sería como darte nada

porque tú mereces más.

Mil veces te daría todo

y mil veces sería darte nada,

todo de todo

sería nada de nada.

Darte todo

es nada

para ti

porque tú mereces más.

De nada

haces todo

y de todo

haces mucho más,

pero con todo

aún es nada

porque tú mereces más.

Y si un día yo tuviera

un poco de ti,

tan sólo un poco,

tan poco que casi fuera nada,

para mí sería tenerlo todo

porque yo soy nada

y tú lo eres todo.

Desde la nada

que soy

te quiero más

que a todo

lo que más quiero.


JUAN FRAN NÚÑEZ PARREÑO


Tema musical Promise me



COMPLICIDAD DE LA LLUVIA (fondo musical Sacrifice)

Soñaba con ella las noches de lluvia. No era, a decir verdad, un sueño que se presentara con irremediable precisión en cada una de las lluvias de mi vida, pero siempre que lo tenía era una noche lluviosa. Puedo decir, al menos, que era una costumbre irreconciliable con las siestas sosegadas, con los amaneceres tardíos, con las noches secas. Lo más curioso, sin embargo, no era esta llamativa coordinación entre mi sueño y el clima, si no la mujer. Nunca supe quién era. Y nunca supe por qué, con metódica regularidad, soñaba con ella.

Tenía una belleza rara, cautivante. Una de esas personas que uno no sabría cómo describir, sin un rasgo distintivo que la diferencie del resto. A excepción de sus ojos. En ellos radicaba, acaso, todo su encanto: en esos ojazos de gato triste, como caleidoscopios infinitos donde se vislumbraban, a intervalos y difusos, retazos de un mundo inalcanzable.

Lo otro que la distinguía era su risa, un destello del sol en el único resquicio abierto de un cielo encapotado. Una risa espontánea, inesperada; un instante de breve alegría que se sobreponía a una tristeza inconmovible. Y su olor. Un aroma a lavanda que a veces creo haber sentido impregnado en mi almohada, como un trazo de aquel sueño.

Tenía cara de Vanina, o Jimena, tal vez de Analía. Pero no de Claudia, ni de Marcela, ni de Julia. Tomaba café con una gotita de leche; nunca cerveza como yo. Sonreía como si no fuese consciente de su belleza, gesticulaba para hablar y se mordía el labio inferior cuando reflexionaba. Me gusta creer que en esos momentos, en ese gesto, pensaba en mí, en nosotros.

El sueño era siempre el mismo. Ella esperaba un taxi en una noche lluviosa, amparada en el pobre cobijo de un portal antiguo. Yo le ofrecía mi paraguas. Como la lluvia no cesaba buscábamos refugio en un bar: un cortado y una cerveza, por favor. Las coincidencias no forzadas reducían la distancia inicial, tendían un puente que nos conectaba, nos hacía más reconocibles. Esta, tal vez, era la única parte del sueño que solía variar. Un día eran escritores, y nos pasábamos la noche hablando de libros, de autores o de personas inventadas. Ella quería ser Fermina Daza, La Maga, o Gabriela en Bahía. Yo le confesaba que todavía no superé la frustración de no haber sido nunca Huckleberry Finn.

Otro día era la música: hablábamos de Silvio, de Serrat, de Sabina, de Ismael Serrano. A ella le hubiese gustado saber cantar; a mí, tocar la guitarra. Murmurábamos estrofas con torpeza, tarareábamos comienzos o estribillos, hasta armar un inventario de canciones que nos conmovían. A veces se nos ocurría la misma canción al mismo tiempo, y era como encontrar una mano amiga en medio de la noche oscura. En esos momentos los ojos le brillaban con promesas de futuro.

La lluvia era mi gran aliada. El tiempo discurría manso hasta que se agotaban los temas triviales; ella pedía otro café y llegábamos cautamente a las confidencias. Al filo de la madrugada el cielo nos daba un respiro y yo la acompañaba hasta la esquina. Y entonces otra vez la lluvia, otra vez su intervención como un mensaje ineludible. Teníamos que buscar refugio en un zaguán que apenas alcanzaba para nuestras sombras. Quedábamos tan cerca uno del otro que el beso llegaba sin excusas. Y ese beso no era más que el prolegómeno de una exploración mutua que habría de durar toda la noche.

Soñé con esa desconocida durante meses. Solía despertar con su olor en todo el cuarto, con las huellas de su cuerpo en las manos y un abismo en el pecho, un vacío súbito que me hacía deambular como perdido durante el resto del día. Cuando no soñaba con ella me despertaba abatido, con el desamparo de un amante abandonado, temeroso de no volver a verla. La soñé tantas veces que me aprendí su cara de memoria: sus ojos de caleidoscopio, su media sonrisa, la geografía de su cuerpo, cada pliegue de su piel.

Por eso, cuando la vi, no me costó reconocerla. Como no podía ser de otro modo, era una noche de lluvia. Yo acababa de salir de médico. Caminé por el bulevar Oroño hasta la esquina de Rioja para conseguir un taxi. Un viento sibilante le arrancaba un quejido breve a las palmeras; junto al cordón, el agua acumulada buscaba el camino hacia la boca negra del desagüe. Detrás de una cortina acuosa, guarecida en un portal, ella atisbaba la calle sin mucha esperanza. Me quedé inmóvil por un segundo, atónito, mientras la lluvia taladraba mi paraguas.

Era ella: sus ojos, la breve mirada que me dedicó, disiparon cualquier duda. Avancé con la seguridad que sólo puede brindarnos la premonición onírica, el convencimiento que se había forjado en tantas noches compartidas bajo el rítmico resonar de la lluvia en mi ventana. Le estiré mi paraguas y ella sonrió.

—No, gracias. Ahí viene un taxi.

Y se fue, con la cruel indiferencia de todas las mujeres que nunca soñaron conmigo.

JAVIER NÚÑEZ




NACE NOVIEMBRE EN UN OTOÑO


Nace Noviembre en un otoño

preñado de primavera donde sólo

los ocres adornos de los otrora

verdes revelan la estación verdadera

de nuestras esencias, todavía

insufladas por enormes deseos

de fortalecer y gozar de nuestras

presencias agarradas a la tierra,

en este Noviembre que nace

apacible, las señales repentinas

del viento que aligeran

las copas de los árboles

nos recuerda la brevedad

del gozo y nuestras razones

primeras, las que han ido

trazando el sentido

y la dirección de la búsqueda

de esa felicidad singular

que va gratificando nuestras

raíces y a la vez

fecundando nuestros vástagos,

y las frescas madrugadas

que nos obligan a arropar

la intimidad de nuestras camas

con sentimientos y hechos

para cuando Noviembre se vaya

en el tiempo y las blancas

nevadas cubran las escasas

ramas que nos adornan y conforman

tengamos ese punto de satisfacción

que confiere un buen almuerzo

sin sentirnos del todo lleno

pero con el paladar

y todos los sentidos plenos,

en buena compañía irnos

entregándonos a la siesta

en libertad y casi

sin darnos cuenta.

FRANCISCO JESÚS MUÑOZ SOLER



Te entrego.

Francisco De Sepúlveda

Aunque perfore mi alma, te entrego.
Te entrego y no por gusto
Te entrego por fuerza,
Por razón mortal
Deseo celestial o como le llames.

Te devuelvo a la tierra
Te entrego a mis miedos, dolores,
Persecuciones mentales por tu partida.

Te entrego a mi desesperanza
Al odio a olvidarte,
Pero ¿Cómo olvidarte?
Si te llevas mi sangre y besos,
Mis recuerdos y mi pasado.

Te entrego a la vida,
Proceso natural: nacer, crecer y morir

Te entrego a lo que eres y serás
Eternidad, continuidad, futuro
En tu sangre que es la mía.

Te entrego al destino
Y con el me entrego yo a sus designios
A amarte sin saber su significado,
A amarte eternamente mientras mis ojos tengan luz
A entender que es amarte mientras te recuerde
A amarte, amarte, amarte…
Y recordarte

Te entrego y devuelvo al calor de la tierra
Mientras sobre ti llego a comprender
Que es amarte
Pero no me pidas lo imposible,
Olvidarte.


Puntos entre línea
(O la unión de los deseos entre un hombre y una mujer)
por Jorge RODRIGUEZ LAGOS

la desnuda estrella de mis labios
besa
tu inquieto caracol
marino

tus manos clavas a mi piel
confirmo
que llegaremos juntos al cielo
y que juntos cruzaremos
el abismo

MUJER
mitológica orquídea
de la creación

nuestros cuerpos
se encuentran como un enjambre
silencioso
y cautivo




Ámame despacio

Ámame despacio
que el otoño ya está pronto
y acaricia mis labios
con tus labios de miel.
Métete en mi alma
que esta abierta y desprolija,
corre a mi lado
y no dejes de correr,
rompiendo lo oscuro
de mi corazón lastimado,
quítame el murmullo
y devuélveme la paz.
Salta desde el cielo
a la orilla de esa montaña,
flota por los ríos
y llévame a navegar,
que como los amantes
de los sueños
te daré el tesoro eterno,
te daré mis ilusiones
y mis ganas de cantar.
Lleva a lo alto mi sonrisa,
el vivir día tras día,
la alegría de ver
el sol cada mañana,
de aquella niña
que dormía,
de esa mujer
que ya es mía,
de la aventura
que el sólo vivir
a tu lado da.
No culmines el canto de tu vida
sin llevarte mi alegría
no te olvides de mis ojos
mi esperanza,
no te pierdas mis razones
mis besos, mis ilusiones
y mi ternura que te acoge
cada mañana.
Ámame despacio,
que el otoño ya está pronto.

Daniel Fernández





Probemos

Por Sergio Sarachu

(...) entre la vida de lo que digo
y el gentío de los paréntesis
está el placer.
Por eso desenvaino tus últimos botones.
Rehago tu voz en el teléfono
-la autopista sin labios donde se vive a fondo-
y palmeo en la espalda a cada letra
para encontrarle el sonido que calza.
Y entre nosotros una explosión, una humedad insólita
con la piel que sostiene el aire
y consuela el formón de la mudanza
de uno de estos días.

La eternidad del placer se asila
en el tránsito que somos,
en las oraciones pasajeras
que dejan su huella de cascos amarillos y creaciones a la pasada.
Y en el abrazo que quiero darte infinitamente
cuando me digas: probemos, (...)



Amor simétrico

Por Juan D. Carrizo.

¡Te amo
desde la juntura inexorable
del amor y la carne!


Te amo
desde
la preñez
de tu madre


Desde
tus formas intangibles
a la curiosidad de mis ojos


Desde
cuándo no era roja
tu sangre
y...te imaginaba a mi antojo



Te amo
desde la hondura
de mi alma inmersa
Y...enhebrada
en la textura de
tu piel rosada
Cual
partitura
de la canción excelsa


Te amo
desde tiempos pretéritos
con la sensatez expoliada


Con anhelo y estrépitos
del que habita el yermo desolado
y...necesita el agua.




ETERNA SEDUCCIÓN

Por Cristian Solimena

caí en las garras de lo mas incierto de mi instinto
dejando atrás aquella estructura antigua de mi alma
sintiendo la fría oscuridad de mis deseos mas bajos
soportando el dolor de una cruz atormentada

Poco a poco , suavemente, en el sentido del camino
llevo en la mochila de mis recuerdos
aquellas lagrimas de tus ojos vivos
mirando mi rostro enrarecido
sufriendo el dolor de mi corazón herido
sabiendo que es muy tarde, sabiendo que es prohibido
la razón es mas fuerte que el sentimiento querido

Eterna seducción llevo en el alma
ansiedad alocada , eterno vacío
pasión aun permitida
de caricias y de mimos
para estar cerca de aquel momento
que tanto he aprendido

Eterna seducción, llevo en mi mente
pensamientos de Marques, desinhibido
mirada transparente y penetrante
espero tu momento tan sentido




LUNA

Por Josefina Fidalgo

Desde que orilla
brilla la luna
que se asoma
con su mueca pierrotesca
Descorre de sus ángulos
las tentaciones incompletas
en la noche íntima
de su fiesta orgiástica
Se revuelca en el mar y penetra
en oleadas calientes
con el bramido bestial
que se desboca.




Sicario

Por Gabriela Fiandesio

Con la espina de tu ausencia
clavada en mi agonía
Con los versos que dejaste
atravesándome la piel.
Con la voz en los silencios
y los silencios en tus voces
derramo mi tristeza en un jirón
de tu recuerdo.
Me traspasa este sicario
el corazón yerto que no late.
Y me haces prisionera
del ayer.
Apaleo la nostálgica visión
de una noche,
una sola noche
en que fuimos uno los dos.
Solo queda ahora ahogarme
en veneno de tus labios,
esos labios
que no volveré a tener.

Traspáseme sicario
mi corazón yerto ya no late.
Necesito de su ayuda;
Él no va a volver.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Segundo Programa Radial Jueves 4 de Diciembre

Comienza el programa con el tema "La Bohemia"

En el dia de la fecha comenzaré con un poema que me enviara Juan Fran Núñez Parreño.


Poesías extraídas del poemario titulado “EL SOL DEL CORAZÓN”

Beber y vivir de ti

Y con mis ojos
te admiraré
y admiraré
tus ojos
hasta que me inunde
de tu brillo
y ya sólo beba
y ya sólo viva
de tu luz.

Y con mis manos
te sentiré
y sentiré
tus manos
hasta que me inunde
de tu calor
y ya sólo beba
y ya sólo viva
de tu abrigo.

Y con mi lengua
te recorreré
y recorreré
tu lengua
hasta que me inunde
de tu saliva
y ya sólo beba
y ya sólo viva
de tu agua.


Pase lo que pase


Pase lo que pase
siempre te amaré,
aunque se apague el Sol
y venga la oscuridad infinita,
aunque la Tierra sea un desierto de hielo
o un mar de arena,
aunque no quede pan ni agua
ni casas para vivir,
pase lo que pase
siempre te amaré,
aunque estemos lejos
en los polos opuestos del Universo,
aunque mis sentidos queden ciegos
y ya no te pueda sentir,
aunque no me quieras
y me odies y me mates,
aunque me muera
y deje de ser,

pase lo que pase
siempre te amaré,
aunque nunca hubieses existido
y nunca te hubiese conocido
te habría amado siempre
y siempre te amaré
pase lo que pase
por que mi amor por ti
es eterno.

Sal del Sol


Sal del Sol,
la sal salió,
llevabas la llave de la lluvia
y llovió,
palpa la pulpa del papel,
clávame el clavel,
baja ya abajo,
yo bajé tan bajo...
bajo el debajo,
calma mi culpa,
calma mi alma,
palpa mi alma,
yo ahora lloro.
Te amo mi ama,
ámame a mí ya mismo,
ámame aquí,
ámame más,
mímame más,
mírame más,
te amo mi llama,
llámame más,
lléname más,
lámeme sin lema,
rémame sin remos,
te amo alma mía.

Juan Fran Nuñez Parreño

Tema musical


LA CANCIÓN ROTA
(Boris Sanchez Elchiver)
Profesor de Castellano..Escritor..Fotógrafo

Cuando le supliqué que no me rompiera los discos, recibí como respuesta un feroz culatazo en pleno rostro. Ubiquémonos. 13 de septiembre de 1973.
Al doblar por Alameda con Concha y Toro divisé la agitación que se producía al fondo de mi pasaje, que por esos días, había sido declarado monumento nacional, ya que allí se conjugaban distintos estilos arquitectónicos muy sui-generis, donde antaño, rancias familias vascos- castellanas tenían sus dominios, pero que ahora habían emigrado al barrio alto, por lo que sus edificios estaban semi abandonados, convertidos en pensiones, piezas en arriendo a estudiantes, pintores, fotógrafos, etc.. Pero, no es de estructuras arquitectónicas, ni de vivienda y decoración de lo que quiero hablar hoy.
Mi edificio estaba siendo sitiado por una patrulla militar. Pregunté que estaba sucediendo. Este pasaje, me responden, está infectado de extranjeros, guerrilleros disfrazados de estudiantes; hemos allanado toda la cuadra y ahora le corresponde a este edificio. Precisamente, yo tengo mi pieza ahí, en el segundo piso, dije nerviosamente, para luego tranquilizarme, al darme cuenta que yo no era extranjero, ni menos, remotamente guerrillero. Subí las viejas escaleras en un santiamén. La puerta de mi pieza ya había sido forzada y lo primero que vi fue a un militar, descolgando de la pared mi charango e intentando hacer algunos acordes, y diciéndole a otro que también pretendía infructuosamente sacarle un sonido a una quena: "Cuando yo hice el servicio militar en Iquique, nos mandaron a la Tirana, ahí yo me compré uno de éstos, pero el mío era de quirquincho". Ante tan ameno y melodioso diálogo, pensé graciosamente decirles, si falta uno yo los puedo acompañar con el bombo.
Rápidamente mi pieza se fue inundando de soldados que venían de vuelta de las otras habitaciones, compitiendo y comentando quién había encontrado los enseres más extravagantes, más curiosos o ridículos. Con respecto a mí, parecían ignorarme, estaban más entretenidos y concentrados en pretender sacarles sonidos a los instrumentos vernaculares, que buscar a un potencial terrorista. Me llamó la atención uno, indiferente y silencioso, con un extraordinario parecido a Dustin Hoffmann, en la película "El graduado." Era realmente emocionante la similitud con el actor. Quizás lo único que lo diferenciaba de éste y lo convertía en un mortal cualquiera, era un inconfundible lunar sobre la ceja izquierda. De improviso se alejó del grupo, dirigiéndose a mi velador, y antes de abrirlo me dio una mirada, como diciéndome, yo vine a esto, no a manosear o acariciar instrumentos. Alzó el velador vaciando su contenido, quedando esparcido por el piso el cuerpo del delito. Ve mi capitán, aquí no hay ningún disco, por ejemplo, de los Quincheros, todos estos son puros comunistas, mire, Quilapayún, Patricio Mans, los vi en un acto de la CUT., y sin pedir autorización al superior, se acercó desafiante, preguntándome: ¿Por qué no tenís música de los Quincheros? Porque no tocan charango, respondí desconcertado; y que tiene que ver el charango, insistió, es que yo toco charango en el BAFUTE, le contesté. Y qué es eso del BAFUTE, es el Ballet Folklórico de Universidad Técnica del Estado, respondí, creyendo con esto darle un carácter más formal, más académico a la situación. Así es que sos de la Técnica. Mira lo que hago con tu música, concha e' tu madre; y en un arranque de ira emprendió un verdadero ritual, zapateando, saltando con furia sobre mis discos, pateando pedazos en todas direcciones. Por allá divisé un trozo de la cabellera desgreñada de la Violeta, justo a mis pies un "Te recuerdo Amanda". En un rincón se estaba escapando la Cantata Santa María de Iquique. La Cantata, no, por favor, que está con dedicatoria, grité, abalanzándome sobre Dustin, que con un culatazo frustró mi intrépido rescate. Y como para cerciorarse, recogió el trozo de la dedicatoria, y se lo fue a mostrar al capitán. Mire, el huevón, tiene hasta el nombre ruso, se llama Boris, y ¡zas! otro culatazo por las costillas, y pensar que mi madre quiso inmortalizar ese nombre en homenaje a un apuesto piloto ucraniano. No importa pensé, algunas carátulas, las recupero en el Persa Bío-Bío. y otras se pueden salvar, pero el bizarro soldado pareció adivinar mis pensamientos, y en un nuevo arrebato, recogió las pocas portadas que se podían recuperar, rasgándolas con violencia, lanzándolas al aire, como quien tira papel picado en un carnaval. ¡Levántate mierda! me grita, al ver que pretendo recoger los trozos esparcidos por el suelo. Justo en el momento en que se dispone aplicarme otro culatazo, un milico entró gritando que saliéramos todos con las manos en alto. Ahí estuvimos como dos horas, tendidos en la calle. Finalmente, al no encontrar armas o a potencial terroristas deciden abandonar el pasaje. El que había estado en la Tirana, me pasa a decir al oído "No le haga caso, siempre ha sido así, medio atarantado para sus cosas... a veces se la pasa la mano, pero en el fondo no es mal chato." Al subirse al camión, el Dustin me miró y en un gesto ambiguo levantó y agitó su mano derecha, dejándome para siempre la duda si eso era una gentil despedida o una evidente amenaza.
Rápidamente retorné a mi cuarto e inicié la amarga tarea de pretender ensamblar el puzzle que había quedado inconcluso y desparramado. Intenté con los fragmentos quebrados armar un nuevo disco. En una especie de collage se me mezclaban la sonrisa de Víctor con los cabellos de Ángel Parra, los ojos de Pato Mans con la nariz de Rolando Alarcón, los ponchos del Inti con la falda de la Mercedes Sosa....las barbas de los "Quila" con la frente de Héctor Pavez.... Que sabes de cordillera....Para hacer esta muralla.. Voy hacer un cigarrito...Gracias a la vida...

EPILOGO

Muchos años después...Muchos años después haciendo clases en un colegio de Avenida Matta, en una reunión de apoderados creo reconocer al Dustin Hoffmann. A pesar de los años no había perdido el parecido con el actor. Ya no tiene, por supuesto, el aire del protagonista de "El graduado". Ambos han envejecido en forma paralela. Ahí estaba. Sin la protección del uniforme militar parecía sentirse desnudo. Su figura tan bizarra en otros tiempos, tenía ahora rasgos caricaturescos.
Carolina, su hija, me dice que su papá quiere venir a conversar conmigo con respecto a ese 3.8. Con un 4 ella estaría pasando de curso. Que qué me costaría, son sólo dos décimas. Le digo que no hay problema, que lo espero el miércoles. Por el momento llévale este presente "La Cantata Santa María de Iquique" de parte del profesor Boris, el del nombre ruso. Carolina, sorprendida, me pregunta qué desde cuándo nos conocemos....... Desde hace bastante tiempo, para ser más exacto desde el 13 de septiembre de 1973. Chao. Que no falte el miércoles. Lo espero. Aún lo sigo esperando.

--
Boris Sánchez Elchiver

Tema musical

UTOPÍA de Teresa Palazzo Conti

Si pudiera de golpe

arrinconar olvidos y semanas

junto a los nidos de agua

de mi secreta cáscara.

Si lograra arrojar

en las islas neutrales

las cenizas que muerden el árbol y las lágrimas,

y pudiera dejar que una ecuación rotunda

insertase su atmósfera de pétalo

en cada pabellón desamparado;

empapada de estrenos sobre un licor tardío

bebería las notas

de un festival de espigas y de vuelos.

Pero apenas soy sangre

que retumba en los muros

de la piel cotidiana,

y en mis hombros fatales

amamanto a una araña de sal

que desvaría.


Mención de Honor Georges Zanun Editores, 2008

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EL VERDUGO de Teresa Palazzo Conti

Ya golpea otra vez la encrucijada.

Ya otra vez,

por la cornisa de los desencuentros

hay colmillos que buscan;

y en la prisión del miedo,

los espejos multiplican agujas y serpientes.

Son pesadillas viejas

que olfatean otra víctima.

Su temblor ancestral

va lamiendo las muertes,

mientras que ojos malditos,

siembran de máscaras baldías

el último vislumbre de rescate.


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Ama Corazón
No te escondas corazón
tras la áspera indiferencia,
ni te arrepientas de cada entrega
que persista en el recuerdo.
No reniegues de la pasión.
No deseches vida, ni sangre,
ni besos.
Despierta al amor, por amor a ti,
cada mañana.

Envuelve al viento,
con cada molécula, con cada poro,
aspira vida.
Divide en átomos la esperanza,
Suma ilusiones.
Atrapa soles, descuelga estrellas,
Ama.

Ama corazón,
convierte en almíbar lo amargo,
lo áspero en terciopelo
Ama con toda clase de amores,
ofrece amor sin retaceos

Ama, que amar es divino.
Ama que amar es siempre bueno,
Ama con la misma intensidad
lo propio, al amigo y al ajeno,
ama corazón sin tener miedo,
y enséñame a amar,
de nuevo.

María Magdalena Gabetta
Río Tercero - Córdoba - Argentina


Tema musical




A veces el silencio de la compañía

inunda las sábanas

hasta el techo;

dispara el vacío de un cuerpo

la amplitud creciente de la memoria.

Le doy paso al permiso que

me mira

sin conocerme

vaga la sensación

de amarrarlo

en sueños.

Rompes el mosaico de mi izquierda

te enroscas sutil en mi espalda

y el dulzor de tus manos me roza

y derrama

pájaros omnipotentes.

¡Esos años también son míos!

sonríen tus labios festejan la coincidencia

mientras tu pelo viaja del sol

y cae en lágrima

sobre los cielos.

En el hoyo del piso

perdura el aroma a pólvora;

dispara el vacío de un cuerpo

el permiso de pensarte

del otro lado.





LA ARAÑA

EL MOMENTO:

Las yemas del ocaso empujan

Botón amarillo, anaranjado

Que abandona el rasgado smoking

De fieles lunares pariendo estrellas.

Saco negro que prefieres

Para salir de ronda y hostigar

Tras la espalda, grisáceos recodos

Abrumadora forma de enhebrar,

Nace de tu muerta desidia un hamacavientos

Firme vela de único capitán.

Saco negro que prefieres

Para salir de ronda y hostigar.

Devoras a tu propia especie, ¡cínica!

Paso firme, ocho piernas,

Sin indultos

Letal piedad.

Saco negro que prefieres

Para salir de ronda

Y hostigar, y asesinar.

Se cortó tu lecho,

Mi pecho heroico se lleva las palmas,

Llena de insomnio

Tejerás, tramarás, tejerás.

RACIOCINIO:

En el reino de los insectos

Eres parte de un reducido grupo:

No puedes volar

Saco negro que prefieres

Para salir de ronda

Lorena Lujan Caceres


DAME

Dame sol mujer de caderas

estrechas decía Paco

mientras sorbía el zumo

de un pétalo dormido,

¡vamos, dame rumba mientras

tendida sobre mi estás!,

que el sereno no vuelve

con su juventud dos veces

al día y la tarde con su solemne

elegancia me tiñe de canas

mi cansado cuerpo.

Entrega eso que quiero y hazlo

de una buena vez

Montserrat de mis amores,

mujer morena,

taurina, de sangre espesa y

corsé apretado;

ven a mí, a mi impertinente

mirada, a mis labios no versados

sino estrechos en los tuyos,

dame hembra tu alma si es

preciso,

dame amor,

la espesuras de tus partes

en las mías,

agua, sedimento y un

par de buenas manos que

me coja el sonido de

tu nombre una vez muerto en ti.



AUTOR : María Eleonor Prado Mödinger

___________________________________________

con el siguiente relato iba a inaugura mi blog cuando lo crease.

Aunque sea triste espero que lo disfrute junto a los oyentes. Te deseo mucho éxito.

Cuídate, Montse (Max)


Zapatitos viejos.

Rosita piso las piedras con los pies descalzos, las aristas le arañaron robándole un quejido a su pequeño cuerpecito al que ahogó súbitamente. Nunca se quejaba, no quería que su abuelo se preocupase, pero aquellas piedras medio sesgadas cortaban como el más afilado de los cuchillos y devoraban a girones las vetustas vendas que improvisaban un escaso calzado. Lagrimas silenciosas inundaban sus ojitos, las que apartó veloz antes de que se percatase el abuelo de su lamento. Suspiró, aferró con fuerzas los puños en el roído delantal y pidió para sus adentros:”Diosito, zapatitos viejitos no más quiero”.

El tiempo revuelto amenazaba tormenta y aún no les dio tiempo de recoger suficientes piedras que llenasen la cesta para la venta. La aguda tos del abuelo la alertó arrebatándole un gesto de amor y generosidad hacia él, se quitó el pañuelo de sus hombros y lo anudo alrededor del curtido y arrugado cuello, tras un fuerte abrazo, y un beso mientras acariciaba con su diminuta palma las pronunciadas canas reanudaron la faena. Volvió a toser, Rosita agarró con fuerza el delantal roído y suplicó para sus adentros: “Diosito, no quiero zapatitos, si no que mi viejito se cure, solo lo tengo a él”.

El aguacero se dio prisa en derramarse, con él precipitaba peligrosamente la gravilla entre las rocas. Rosita sacó de la bolsa que llevaba colgada en la espalda dos plásticos amarillos para cubrirse. No era suficiente, el abuelo negó con la cabeza, cogió a la pequeña en brazos e inició el descenso. Rosita se zafó gritándole que era más importante la cesta de las piedras. La lluvia arreciaba con violencia, ignorando sus palabras se cargó la niña al hombro y bajó por las rocas dejando tras ellos el sustento del día.

En la carrera, una de las hebillas de la chancla quedó enredada en una maya que cubría apuntalando parte del terreno, haciendo que se desplomase junco con Rosita rodando un trecho.

La niña zarandea al hombre inconsciente mientras un reguero de agua y barro se lleva la vida de éste tiñéndose de rojo. Su voz es tan frágil, sus gritos de auxilio apenas se distingue del bullicio de la lluvia. Rosita le pide que la espere que corre a pedir ayuda; se ha roto un bracito pero el dolor por su a abuelo es más angustioso.

Corre, corre pidiendo auxilio, en su carrera desesperada tropieza mira al suelo y se encuentra con unos zapatitos viejos, se agacha los tomas entre las manos y se lo lleva contra el pecho, ¡zapatitos!, grita. Su corazón se estremece, tenía tantas ganas y necesidad de ellos. Casi se los calza, pero cuando iba a brocharse el primero se siente egoísta y los rechaza, se incorpora cierra sus ojos y clama al cielo:”Diosito, no creas que soy desagradecida, zapatitos fue lo que te pedí, pero mejor cura a mi abuelito, yo, puedo andar descalza.”

Prosigue su búsqueda entrado de lleno en un barrizal que se ha formado por el arrastre del caudal. Con el barro por la cintura lucha por avanzar, impotente cierra los ojos y grita: “Diosito no dejes que muera ahora, mi viejito está solo y herido. ¡Déjame que lo salve, después si es tu antojo llévame contigo!...

Viejito ya estoy aquí, yo misma voy a curarte, dice Rosita mientras posa las pequeñas palmas sobre su pecho. Una luz tenue en principio, emerge de sus manos, cálida, envolvente, que va cubriendo el cuerpo del hombre paulatinamente, hasta que una explosión ocasiona un hueco en su vientre por que se abre paso la corriente de luz.

El hombre moribundo se siente confortado, entrando en una paz profunda a la vez que escucha la cascabelera risa de su nieta. Poco tiempo después la luz va desapareciendo como si se recogiese en sí misma.

Siente como recobra los sentidos, las fuerzas, y lleva sus manos al pecho para agarrar las de ella, pero solo encuentra su ausencia. Se incorpora gritando su nombre, aún sentado en el suelo mira en rededor para hallarla. No entiende nada, un pesar oprime todo su ser; esa luz, ¿qué era esa luz? se pregunta.

Hasta ese momento no había sido consciente de lo sucedido. En busca de su nieta tropieza con unos zapatitos viejos, los toma pensando en Rosita y logra sacarle una sonrisa. Prosigue en su búsqueda hasta llegar un barrizal donde la cabecita inerte de una niña asoma apenas por encima del barro.

Llora con el cuerpecito de Rosita entre sus brazos, le calza los zapatitos viejos, y la mece arrodillado bajo la lluvia. ¡Ya tienes tus zapatitos Rosita! Le dice con una amarga sonrisa.

Del pecho del hombre brota un rayo de luz proyectando la imagen de un ángel antes sus ojos que le dice con voz amorosa: Viejito no llores, siempre estaré contigo. El Diosito fue inmensamente bueno conmigo, curó a mi viejito y me trajo zapatitos.

Dedicado especialmente a todos esos niños que trabajan en la cantera y a todos aquellos que buscan desesperados sobrevivir a un futuro cruel e incierto; al que no tendría que enfrentarse ningún niño.

Max.

Tema musical


POSIBILIDAD
Podría decirte miles de cosas... Tales como esas, que hasta podrían hacer que la Tierra revierta
su girar. Es que creo en lo imposible, así también como creo lo posible en el otro. En
esa posibilidad que rara vez llega y a veces dejamos ir...
Quisiera que cuando la encuentres, te aproximes, la sujetes, la abraces, le enseñes el misterio
que encierras. Que disfrutes cada instante antes que se transforme, al terminar.
Quisiera ¡Te juro! verte sonreír, escuchar el grito de tu felicidad. Es mi manera de guiarte
hacia “el título”, en lo profundo, así lo entiendo. Es una filosofía simple; se llama amar en
toda su inmensidad. En el aquí, el ahora, en lo tangible...
Fue mi sueño, del que ahora despierto, en una madrugada que no llega aún... Seguramente
habrá un sol también para mí. Quizás, cuando la lluvia cese; entonces, recién entonces
sabré que es mi posibilidad.

V A C Í O S
Se ciega la profundidad en nuestros vacíos. Se cometen desaciertos hacia ellos. Amor y
odio se transfiguran. Se magnetiza la necesidad de desprender. Se desprende lo que no
se retiene. Se retiene por temor a soltar. Soltar permite explorar, no colmar. Se colma un
vaso con una gota. Nunca el corazón.

David Lampertte del libro Homos Love y Soles



Perpetuo latido

Escribo y describo mi perpetuo latido,
en las hojas que cantan más allá de mi lengua,
en las aguas silentes embriagadas de música,
en la música absorta que destila el silencio,
en las tardes ausentes de mis ojos perennes,
en las mañanas de lluvia, en la penas terrestres.
Yo que soy de este mundo tan febril y tan vago,
a este mundo me debo, me debo a mí mismo,
a mi terco latido, a mi voz en el trigo.
No congelé mis suspiros, no hipotequé mi latido,
mi coeficiente de ternura aún sigue estable,
mi transparencia de agua está viva,
mi altura de cóndor, se eleva.
Soy lo que no quise ser, soy lo que no seré,
vuelo en busca de alas, de trinos encendidos,
no entregué mi sangre, mis sonidos,
no dejé de ser lo que apetezco,
soy sincero, en mi ojo me miro,
me miro en los caminos,
en la memoria me desclavo.
No soy polvo diluido en el olvido,
no soy el jamás de rostro arrepentido,
soy el perpetuo latido en mis recuerdos,
soy administrador de sonrisas,
el dador de luz a las mañanas.

JAVIER VILLEGAS (PERÚ)
BLOG:
www.javiervillegasfernandez.blogspot.com


Y me quede esperando, aun no se que, pero mientras esperaba mas desesperaba ni una palabra, ni un llamado. No hubo una señal un indicio, lo que sabia era que poco a poco iba muriendo.La noche paso larga los extremos de mi vida se acortaban, el titiritero ya cansado no queria continuar la funcion.Me pediste esa noche que dejara aun la puerta abierta, yo lo hice. El invierno helado entro por ella, y yo alli esperando con la desesperanza a mi lado, con dos tazas de cafe y un cigarrillo eterno a que decidieras cruzar la puerta entreabierta.Y al fin con el corazon en mis manos, con la brisa de la mañana de este invierno frio se lo llevo consigo y jamas me lo regreso.Y aun te espero descorazonada, congelada el alma, y con desesperanza.Ya casi que somos extraños que vagan en tiempos distintos, que abortaron al amor cuando se estaba gestando. Somos complices de la traicion al sentimiento.Y por las noches erramos como parias sin destino.La puerta se cerro de golpe, ya no entra el frio pero mi corazon escarchado teme volver a estar en mis manos para dartelo otra vez

Gabriela Fiandesio.




PARA VOS GABRIELA

Mirada profunda, perfecta y segura, mirada radiante , seductora y dominante, el sol no puede con tu brillo galopante, la luna sola queda fea ante tu belleza impenetable
Quien ha probado de tu boca tan deliciosa, sabor de miel? sabor azucar? o mas deliciosa? son esos besos quedan impregandos en la piel , como un sello que no se olvida nunca
Mujer sincera, nada de vueltas, mujer varonil que va al punto del extremo tan militante, deseada muchas veces por manos muy voraces, solo dejas la marca de tu sello cuando estas segura de tu victima tan fragil
Para vos, que vas caminando por la calle, dejando huellas inborrables, todos se dan cuenta que llegaste, por tu forma tan frontal para expresarte
dulce, apasionada, fogosa y romaticamente deseable
tienes el don de dar amor y que tambien te amen
siento en tu parte mas profunda el suave sitio de tocarte
siento el pefecto desafio de conocerte mas hasta alcanzarte
en lo mas intimo de tu alma tan salvaje
de vida sufrida, de vida vivida, pero tambien de hermosas flores que en tus distintas etapas dejaste
cada vez que pasabas por la puerta de aquel lugar favorito de tu infancia inagotable
mujer ferviente, mujer de palabras grandes
asi es PARA VOS este poeta que mi corazon te hace

Cristian Solimena.